Siempre he sido una persona apasionada por el aprendizaje continuo, por lo que desde que me licencié en Psicología en 2011, no he dejado de formarme, es una constante en mi vida. Decidí empezar a especializarme en psicología infanto-juvenil, a lo que siguió la formación en terapia de pareja y en psicología clínica.Desde poco después de licenciarme, empecé a ejercer como psicóloga en diferentes centros y consultas privadas, ayudando a niños, adolescentes, adultos, parejas y familias a conseguir sus objetivos, mejorar su calidad de vida o aprender a relacionarse de otras maneras.
Cuando mi hija llegó a mi vida, y tras las diferentes experiencias vividas en el embarazo y el parto (algunas maravillosas, otras no tanto) me di cuenta de que no me gustaba nada la forma de tratar a los niños y niñas que todavía se estila, y que no era un modelo de crianza que quisiera para ella ni para las familias con las que trabajo. Por este motivo empecé a formarme en crianza respetuosa para poder aportar mi granito de arena al cambio que la sociedad necesita. Porque, siempre digo lo mismo: si queremos adultos sanos emocionalmente, debemos criar niños felices y respetados. Y la única manera de conseguirlo es cambiando la mirada, dejando de poner el foco en nosotros como adultos y poniéndolo en ellos.En este sentido, formarme como educadora de masaje infantil certificada por la IAIM (Asociación internacional de masaje infantil) me ha brindado una nueva herramienta para ayudar a mamás y papás a fortalecer el vínculo con sus bebés, a conocerse mejor y a disfrutar de la ma/paternidad de una forma nueva.
Otro de los planteamientos que me hice con mi maternidad fue la forma en la que llegamos al mundo, a veces tan fría, poco respetada, sin tener en cuenta las necesidades de las mujeres y los bebés. Esto me llevó a formarme como doula y psicóloga perinatal, para poder recordar a las mujeres que estamos diseñadas para gestar y parir, que somos capaces de hacerlo, aunque en ocasiones necesitemos una ayuda extra, y para poder brindarles la información que necesitan, para tomar decisiones informadas libres de miedos y poder luchar contra la violencia obstétrica.
A nivel profesional tengo dos objetivos fundamentales: la prevención al aportar mi granito de arena al cambio de mirada en las primeras etapas de la vida, cuidando a las madres para que puedan cuidar y así sentar las bases de una adecuada vinculación con el bebé y la posterior crianza, y la intervención centrada en la resiliencia de las personas para poder ayudar a aquellas que, resultado de la sociedad en la que vivimos, ya se encuentran inmersas en un desencanto con la vida, con sintomatología que interfiere en su día a día, etc.
A día de hoy sigo en constante formación, con muchos cursos en mi lista de espera con el objetivo de ofrecerte las mejores herramientas (siempre basadas en la evidencia científica) y mi acompañamiento personal cercano y empático. Así que si sientes que puedo ayudarte, estaré encantada de hacerlo.